Galletas de fresa |

Siempre me ha dado pereza hacer galletas. Siempre… hasta que probé estas galletas. Son tan sabrosas, están tan ricas… Tienen ese sabor y textura típicos de las galletas de mantequilla, y los trozos de fresa y chocolate les dan un toque especial. Y encima no tienen ni comparación con las galletas que se encuentran habitualmente en el supermercado.

Lo mejor: que además no se tarda mucho tiempo en prepararlas. Desde que las probé por primera vez, la pereza de hacer galletas se ha ido convirtiendo en obsesión, obsesión por las galletas caseras. Esta receta en concreto da mucho juego: basta con cambiar los trozos de fresa por otra fruta (y si le añadís un poco de aroma de la misma fruta, el sabor será más intenso); y tendréis otras galletas con un sabor completamente distinto. Y no tengáis miedo en duplicar las cantidades para hacer el doble… ¡desaparecerán, garantizado!

GALLETAS DE FRESA

1 1/3 taza de harina
1/2 cucharilla (2.5 mL) de bicarbonato
1/2 cucharilla (2.5 mL) de sal
30 g de mantequilla
150 g de margarina
1 1/4 taza de azúcar de caña integral
1 huevo L
1 cucharada (15 mL) de aroma de fresa
1 taza de fresas desecadas troceadas

1 taza de chips de chocolate blanco (o chocolate blanco troceado)

Precalentar el horno a 175 ºC.
Batir juntos la mantequilla, la margarina y el azúcar, hasta que esté esponjoso (con amasadora, a velocidad media durante unos tres minutos)
Añadir el huevo, y el aroma de fresa, y mezclar hasta que estén totalmente incorporados.
Mezclar en un bol los ingredientes secos (la harina, el bicarbonato y la sal). Añadir a la mezcla anterior lentamente, para que se vaya integrando
Añadir las fresas desecadas y los chips de chocolate blanco.
Repartir la masa en porciones iguales (lo más cómodo es utilizar una cuchara de helado: es más rápido y todas las galletas quedarán del mismo tamaño).
Hornear a 175 ºC durante 12-15 minutos (el tiempo puede variar dependiendo de cada horno), o hasta que se vea que las galletas comienzan a dorarse.
Sacar y dejar enfriar.